Es octubre, el mes dedicado a leer autoras. En volat.blog nos hemos sumado a la iniciativa #leoautorasoct recordando las reseñas que hemos publicado, hablando de nuevos libros y… también hablando con una autora: Blanca Mart.
Tony Jim y yo hemos compartido durante una hora reflexiones, experiencias y curiosidades con la escritora de esta autora de ciencia ficción.
Blanca Mart (Santa Coloma de Gramanet, 1945) vive en la provincia de Barcelona, aunque ha vivido muchos años en Méjico, país donde ha publicado parte de su obra y donde ha compartido la experiencia de la escritura con otros autores. Nos acoge con mucha disponibilidad abriéndonos su webcam y participando con entusiasmo a esta entrevista que, en muy poco, se convierte en una conversación de lo más placentero.
Blanca Mart es una escritora prolífica pero, antes que esto, me doy cuenta que es una persona muy amable, como me comentó Tony Jim, a quien se le ocurrió la idea de este encuentro cuando le hablé de participar en #leoautorasoct.
Confieso de entrada mi pecado que es el no haberla leído, porque la verdad es que de ciencia ficción sé poco, de modo que Tony Jim se centrará en el género literario mientras que yo en su experiencia como autora. Leyendo su biografía en Wikipedia, me ha llamado la atención que Blanca, como Tony y yo, ha estudiado Historia (y además en la UAB) así que la primera pregunta es esta.
¿Crees que hay alguna relación entre esta disciplina y la escritura?
No, la escritura es un proceso subjetivo, mientras que la historia, como disciplina, es más asociada al trabajo de investigación. Claramente, hay un ámbito común, un interés, que es el de las Letras, pero la escritura va a parte. Si escribimos, es porque somos escritores.
Mientras la escucho, pienso que estoy muy de acuerdo con lo que comenta Blanca. Cuando era pequeña y mi mamá me ayudaba repasando Historia (paradójico, pero me parecía aburrida), sus explicaciones sabían casi a cuentos y me resultaban fascinantes. Algo parecido le ocurrió a Blanca con su abuelo, pero ambas creemos que la Historia y las historias comparten camino hasta cierto punto. De hecho, salvo contadas excepciones, yo no puedo con las novelas históricas. Así que se me ocurre preguntarle:
¿escribirías novela histórica? ¿Y tú Tony Jim?
Blanca ha utilizado elementos históricos como contexto en algunos de sus trabajos, pero no daría el paso a este género literario. Y Tony Jim proyecta las aventuras del Piloto en el futuro, aunque haya algún que otro salto temporal.
Blanca me pregunta si he leído Memorias de Adriano y le comento que lo tengo pendiente (me doy cuenta después que inconscientemente he apuntado atrás mío, en dirección de la habitación donde está la librería, cuando en realidad quizá lo que asoma ahora desde la sala es la nevera de la cocina). Nos dice también que Yo, Claudio le gustó mucho.
Hace un tiempo, en el blog hicimos otra entrevista conjunta en la que mi sobrino, dos maestras, una escritora y yo hablamos de la lectura y de la escritura desde pequeños. La segunda pregunta que había planteado era sobre la importancia de leer en el desarrollo como escritora. Lo que Blanca nos ha contado sobre los relatos de su abuelo (y los libros que veo asomarse en el fondo) me hacen entrever el camino que tomará su respuesta.
Mi madre me enseñó a leer muy temprano, tempranísimo. Mi padre tenía muchos libros de arte; compraba novelas, cuentos, incluso tebeos y revistas literarias. Mis abuelos también contaban muchas historias. Tuve la gran suerte de crecer en una casa grande, con muchos libros. Y ese era mi territorio, leía mucho.
¿Y cuándo tuviste claro que querías escribir?
No hubo un momento especial, siempre he sentido ese deseo como parte normal de mi vida. Pero recuerdo con mucha claridad cuando compré mi primer libro, Los caballeros del rey Arturo, aún lo tengo. Y eso sí, era importantísimo un cuaderno y un lápiz o un “boli”. ¡Me lo llevaba a todas partes!
El rostro se le ilumina mientras lo recuerda y nos dice: cuando iba a algún lado me aseguraba de que llevaba mi cuaderno. Aún lo hago. He llevado mi laptop muchas veces cruzando el mar pero el cuaderno viaja conmigo.
Empecé a escribir novela muy cría, quizás después de leer Mujercitas. A los catorce años la destruí pues no me gustó. Lo de escribir es un proceso que me acompaña. No me gusta decir que soy escritora.
Mientras nos lo cuenta, se lleva las manos a la cara y me doy cuenta de que es verdad, que pese a tener casi una veintena de obras publicadas, no se siente del todo cómoda en decir que es escritora si está con grupos de gente que no tienen esos mismos intereses. Entre escritores, sí me siento cómoda.
Pienso que, tras publicar Il cacciatori di fari, la palabra “escritora” me venía grande. Para mi “escritoras” son autoras que aprecio por su capacidad literarias (Dacia Maraini, Ada Negri), creadoras de libros que me han marcado (Carson McCullers, Harper Lee). Mientras que yo he publicado un libro. Es diferente. Se lo explico y le pregunto si ella también siente algo así, pese a tener un recorrido mucho más amplio del mío. ¿Es algo caracterial (timidez quizás) o se trata de preservar el proprio proceso creativo, de alguna manera más íntimo?
Valoro mucho el proceso íntimo de la escritura. Aunque soy participativa, estoy dispuesta al intercambio, a la charla con otros autores. Pero, si dices que eres escritora en un grupo que no escribe, te miran diferente. En un grupo de estas características, ya eres la rara.
Es el turno de Tony Jim, que pregunta a Blanca:
¿Cuál crees que es la escritora de ciencia ficción más importante de la Historia? ¿Y por qué?
Mary W. Shelley. Escribe muy bien, era una cría cuando escribió Frankenstein o el moderno Prometeo. Luego escribió El último hombre y otras muchas obras. Actualmente se considera que fue ella quien inició el género.
¿Y destacarías también alguna autora de aquí y por qué?
Begoña Pérez Ruiz. Esta escritora trabaja muy bien. Consigue enganchar, plantea cuestiones profundas, filosóficas. Lola Robles es investigadora y tiene unos cuentos preciosos, novela antropológica, novela de aventuras… Empiezo por ellas dos.
También valoro mucho la obra de las escritoras mexicanas, Libia Brenda Castro, Marta Camacho, Gabriela Damián, Andrea Chapela. Muy buena literatura.
¿Y cual es el último trabajo de Blanca? Tony Jim le pregunta si nos puede hablar un poco de su ultima novela.
Se llama Esperando a Dulcinea. Son cuentos de amor, ambientados en México y Barcelona, con elementos diferentes. Es un juego, entre la pasión y las diferentes vivencias, culturas, y esperanzas.
El libro lo publica la Editorial Ophellas, de Guadalajara (Méjico). En este momento se encuentra en soporte digital y seguramente más adelante será publicada en papel.
Para terminar, le hago una última pregunta.
¿Cuál es el mejor momento que recuerdas como escritora y cuál el peor?
El mejor momento fue cuando en el ‘81 publicaron La Crisálida. Ya me habían publicado algunas cosas antes, pero esto fue el primer cuento. ¡Fue excitante!
El peor momento, en cambio, fue cuando una editorial le comentó que consideraban una novela demasiado larga, para su colección, y que había que acortarla.
Tuve que cortar unas cien páginas y cambiar el título. Pasé toda la noche pensando qué y donde recortar.
Fue un interesante camino el de esta novela, la versión corta se tituló La era de los clones.
Años más tarde, la versión larga, fue traducida y publicada en catalán, con el título Els Fills de l`atzar, y más tarde publicada en Madrid, con el título, A la sombra de Mercurio.
Con este mismo título, A la sombra de Mercurio, la autora publicó la cuarta versión que está ahora en ebook con cubierta diseñada por ella.
Nos comenta: me lo pasé muy bien. Ha sido una aventura maravillosa.
Mientras Blanca nos cuenta sobre la versión que se ha hecho de este libro, se me ocurre preguntarle:
Si una grande plataforma te preguntara de cederle los derechos para adaptar un libro o un cuento, ¿aceptarías?
Claro que sí, pero hay que leer la letra pequeña.
Terminamos hablando del papel que están teniendo las grandes plataformas en la compra de los derechos de autor, del caso de La Señora March y de ejemplos de libros más o menos adaptados fielmente a la gran pantalla. Y ya cuando Google Meet está a punto de echarnos el cierre, quedamos en vernos en persona cuando el tobillo de Blanca se lo permita.
Ha sido una conversación enriquecedora y el tiempo ha volado. No sé tú, pero yo voy a leer algo de Blanca.

PS: El Cuaderno rojo, fue enviado por el investigador mexicano, Dr. Miguel Ángel Fernández, a la Universidad del Sur de Florida (Estados Unidos). En ese cuaderno está escrito a mano, con bolígrafo, el cuento La Crisálida (1981, Nueva Dimensión).
Texto de Chiara Mancinelli, Tony Jim y Blanca Mart