La autobiografía de Carson McCullers que hay que leer si se han leído sus libros y que hay que leer si aún no se han leído
No soy muy amiga de las biografías y creo que esta es la segunda autobiografía que leo tras Confieso que he vivido de Pablo Neruda.
Pero Carson McCullers es otra cosa. Iluminación y fulgor nocturno es una manera de entender a esta magnífica autora. Es una ventana que permite asomarse a su mundo, entender su potencia creativa, su trabajo como escritora. Entendemos algo mejor también su apasionada y atormentada relación con su marido Reeves.

La traducción de Seix Barral de la edición de Carlos L. Dews Illumination and Night Glare. The Unfinished Autobiography of Carson McCullers recoge en efecto el carteo entre Carson y Reeves durante la Segunda Guerra Mundial.
En la edición española hay además el prólogo de Elena Poniatowska a la que debemos esta definición que introduce muy bien a la escritora que nos espera:
Carson McCullers registra y anota en su libreta cosas en las que nadie se fija, cosas de gente pobre, cosas de gente común y corriente. Es la escritora de las cosas. Esa palabra “cosa” que no sabemos bien qué es y sin embargo repetimos con enorme frecuencia es el fundamento de su obra.
Carson cuenta que, desde la edad de diecisiete años, tenía cinco o seis personajes clarísimos en su mente. Todos hablaban con un mismo personaje que nunca contestaba. Tenía pensado representarlos en forma de cuentos, pero algo se le resistía. Hasta que, caminando arriba y abajo en la alfombra de su sala de estar, se le ocurrió de pronto la solución. El protagonista sería sordomudo y por eso los demás hablaban con él, pero él nunca contestaba. “Fue una verdadera iluminación, que dio luz a cada uno de los personajes y enfocó todo el libro”. Este libro será El corazón es un cazador solitario que la consagraría como escritora.
Las otras iluminaciones ocurren de manera parecida. En momentos inesperados alumbran una idea inacabada, dan forma a un proyecto creativo. La iluminación para Frankie y la boda llega cuando Carson salió corriendo a la calle a causa de una alarma de incendio.
La escritora también se pregunta cómo fueron las iluminaciones de autores que admira, como Tolstói con Ana Karenina o Guerra y paz.
El trabajo y el amor han llenado casi por completo mi vida, a Dios gracias. El trabajo no siempre ha sido fácil; cabe añadir que el amor tampoco.

Al opuesto de las iluminaciones, están aquellos momentos oscuros en los que no puede ni escribir, ni leer a causa de las dolencias físicas o de un bloqueo creativo.
Quiero ser capaz de escribir, ya que estando enferma o sana, pues la verdad es que mi salud depende casi por completo de mi escritura.
O cuando no puede concentrarse en su trabajo a causa de Reeves: “La primera vez que lo vi sufrí una conmoción, la conmoción de la belleza pura; era el hombre más apuesto que yo había visto en mi vida”.
Carson y Reeves se casaron en 1937, divorciaron y se reconciliaron. Intercambiaron cartas llenas de afecto y preocupación mutua durante el servicio militar de Reeves que lo lleva a luchar en Europa. En 1945 se casan de nuevo. En 1953, estando los dos en París, Reeves intenta convencerla de suicidarse juntos, pero Carson se aleja y viaja a Estados Unidos.
Mary, claro está, no tenía forma de ver el brillo y la belleza de Reeves cuando era joven, sólo yo podía recordarlos, y luego, cuando la belleza se convirtió en una corrupción que yo debía comprender claramente, sólo podía describirla, incapaz de hacer algo, salvo aconsejarle que fuera ver a un psiquiatra. Aquel hombre glorioso había ido descendiendo poco a poco al fraude, al robo y al intento de asesinato.

Pero el texto de Carson se concluye con una nota de agradecimiento hacia su gran amor, su cómplice, su compañero:
Y no lo olvide, él significó muchísimo para mí en la época que escribí El corazón y Reflejos. Yo estaba totalmente absorta en mi trabajo y, si la comida se quemaba, él nunca me regañaba. Y lo que era más importante aún, leía y criticaba cada capítulo una vez terminado. Una vez le pregunté si pensaba que El corazón era bueno. Reflexionó largo rato, luego dijo: “No, no es bueno, es extraordinario”.
Esta autobiografía permite entender algo mejor a Carson McCullers como persona, como mujer de carne y huesos. La misma mujer que escribe en una carta: “es un día extraño. El sol brilla durante una hora; luego, súbitamente, el cielo se oscurece y pesados copos de nieve borran el mundo de los cristales de la ventana. Luego, de pronto, deja de nevar y hay un silencio, y otra vez la belleza del sol.”. Entendemos un poco más a la escritora de las cosas.
Leer Iluminación y fulgor nocturno si ya habéis leído a Carson McCullers y leerlo también si no la conocéis. Así tendréis ganas de leer los libros de esta magnífica autora.
Sobre la autora: Lula Carson Smith nace en Columbus, Georgia, el 19 de febrero de 1917. Estudió piano, pero cambió el sueño de ser concertista por el de escritora. Tras haber perdido el dinero para poder estudiar en la Juilliard, tomó clases de escritura creativa.
Con 20 años se casa con el exsoldado Reeves McCullers. Viven en Charlotte, donde él ha encontrado trabajo, soñando con mudarse a Nueva York. A los 23, Carson publica El corazón es un cazador solitario y poco después escribe Reflejos en un ojo dorado. Otros de sus éxitos son Frankie y la boda y La balada del café triste.
Carson y Reeves se divorcian en 1941 pero se casarán de nuevo años más tarde. Reeves mantiene una relación con el compositor David Diamond y Carson se enamora de varias mujeres posiblemente sin ser correspondida. En 1948 Carson sufre una fuerte depresión que la lleva a intentar suicidarse. En 1953 Reeves le propone quitarse la vida juntos, pero ella no acepta. Muere en 1967, a la edad de 50 años, a causa de una hemorragia cerebral. Había padecido toda su vida las consecuencias de una fiebre reumática y, más tarde, las del alcohol.
Textos y fotos de Chiara Mancinelli